"Para ejercer el periodismo, ante todo, hay que ser buenos seres humanos. Las malas personas no pueden ser buenos periodistas. Si se es una buena persona se puede intentar comprender a los demás, sus intenciones, su fe, sus intereses, sus dificultades, sus tragedias", Ryszard Kapuscinski

martes, 20 de noviembre de 2012

8N: Crónica de un ritual anunciado




Por Rodrigo Maneglia
Alumno del Taller de PDI
     
Cuenta una leyenda platense, que durante los festejos de la fundación de la ciudad de La Plata aquel 19 de noviembre de 1882, la concurrencia del sector popular sufrió una jornada de calor, carne abombada para comer y mucho polvillo. Se culpó a Roca como intento de sabotaje para difamar la figura de Rocha quién supuestamente se lanzaría a la presidencia. Un grupo aquellos concurrentes, disgustados con el episodio, fueron en busca de una bruja india que vivía en el norte de Tolosa. Junto a ella se dirigieron hasta la piedra fundacional que se había colocado en el centro de la Plaza Moreno y una vez allí abrieron la caja de plomo que estaba dentro y profanaron la urna de cristal que contenía monedas y medallas de oro y plata, botellas de vino y champagne, un escrito de Dardo Rocha y una copia del plano de la ciudad, entre otros objetos de valor. 

Una vez saqueada la piedra fundamental comenzó el ritual de la bruja. Los participantes del maleficio daban vueltas en sentido antihorario alrededor de la piedra siguiendo la bruja, para lograr que la nueva Capital de Buenos Aires no se desarrollara a la velocidad de otras urbes. Por último se recitó “la maldición de los gobernadores”, con la cual Roca se aseguraba que Rocha nunca llegara a la presidencia de la nación u otros cargos políticos.
Me bajé del 275  en 6 y 49 porque la policía había cortado 50. Los medios pronosticaban 32 grados (Crónica 33), y en la Ciudad de las Diagonales, caminando por avenida 7 la sensación pareció de unos 40 grados a los que mi frente respondía con humedad y ardor. Comencé la travesía.

 Una Jeep Cherokee pasa a los bocinazos  por la avenida con banderas de argentina. Sigo avanzando hacia el lugar de la convocatoria. El sol comenzó a bajar y las luces de las publicidades comenzaron a encenderse al igual que las lámparas de que iluminan las calles.  Un móvil de Arteve se encontraba estacionado en 7 y 50 (lugar de encuentro para el inicio de la marcha). Por la calle 51, grupos de personas caminaban en dirección a  Plaza Moreno (12 y 51), el final del recorrido.

     A medida que nos acercamos al lugar, las cacerolas se hacen oír. La gente se concentró mirando hacia el palacio municipal, dando la espalda a la Catedral y sobre el dibujo en el suelo de la Plaza que recuerda a Jorge Julio López, desaparecido en el 2006 luego de atestiguar en el juicio contra el ex represor Miguel Etchecolatz.

Muchedumbre. Banderas argentinas, ruido de latas, cacerolas, aplausos, personas filmando con celulares, otros subidos al pedestal de un mástil y sacando fotografías, mirando a su alrededor. Desde el Palacio Municipal se abren las ventanas y algunas personas se asoman junto a los flashes de cámaras que se disparaban al gentío sobre la plaza. Son las 19:50.

     La plaza moreno forma un cuadrado vista desde arriba y va desde la calle 50  a la 54 y de 12 a 14. Está dividida en diferentes espacios verdes enmarcados por cercos de ligustrinas con una altura de 40 centímetros aproximadamente y rodeados por caminos de baldosas junto con cuatro estatuas de vírgenes dispuestas en esquinas opuestas que representan las cuatro estaciones. En el medio, la plaza tiene un camino similar a una avenida en tamaño, pero de baldosas. Allí se concentró la manifestación.

Por momentos se escuchan los cánticos del ritual: “Si este no es el pueblo, el pueblo donde está”, “que se vayan todos, que no quede ni uno solo”, “el que no salta tiene un plan”, entre otros. A la base de fondo se le suman silbatos, bocinas y hasta vuvuzelas. Más tarde arribarán algunos petardos y bombos. Eran las 20, la hora de inicio de cita según la convocatoria.

En el sector más próximo al Palacio Municipal, empiezan a levantarse los carteles: “Violencia es mentir”,  “clase media discriminada,  pisoteada, presente”, “cambio de gabinete ya”,  “basta de impunidad, soberbia y mentiras”, “seguridad, libertad y educación”, “Menos micrófono y mas audífono”, “Cristina basta”, “korruptos”. Un grupo de tres personas con banderas argentinas colgadas en sus espaldas en forma de capas y con unas máscaras de Anónimus sostienen una pancarta con la frase “Justicia. El peor enemigo de un gobierno corrupto es un pueblo culto”. Se forma una ronda que genera un espacio vació en el medio y la gente comienza a cruzarse de un lado a otro con sus carteles: “más seguridad”, “justicia y democracia”,  “no a la re-re”, “señora la constitución no se toca, se respeta”, “opositores ineptos basta”.

Mientras tanto, en la pantalla del televisor a las 20hs, TN titulaba “Protesta en Rosario”,  C5N “Marcha en el obelisco, caos en el tránsito”, Crónica “Protesta en la Capital”, A24 “Caos en la ciudad y 8N”, entre otros.

     Una señora pasa vendiendo ensalada de frutas como sucede en los recitales, mientras de fondo se escucha un bombo improvisado con un balde, a cargo de un niño. Dos móviles se asoman al lugar: uno es Arteve en la esquina de 12 y 53, y el otro Cablevisión al costado izquierdo de la entrada al palacio municipal. Las cámaras se hicieron presentes y comenzaron a entrevistar a los participantes. 

     8:20  la muchedumbre cruza  la calle 12 y se posa sobre entrada de la municipalidad y llega  hasta el centro de la plaza, formando un rectángulo entre el Palacio institucional y la Catedral. Sigue viniendo gente de todas las edades, grupos de amigos, padres con sus hijos, mientras otro señor recorre el paisaje vendiendo agua.

     Desde el palacio municipal comenzaron a cerrar las ventanas. Más adelante en tiempo se verán algunas de aquellas fotos tomadas en diarios como Clarín, LaPlataYa.com o el Hoy.  Por lo pronto, la muchedumbre sigue agitando el sonido denunciante. Entre la gente se encuentra Marcela, de 25 años y descendencia mapuche. Trabaja de empleada de comercio de una librería de la ciudad y estudia Diseño en la facultad de Bellas Artes de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP), aunque en realidad proviene de 25 de Mayo (Buenos Aires). Se enteró por las redes sociales de la convocatoria. Dice no pertenecer a ningún partido político aunque simpatiza más con la izquierda, con el Partido Obrero. Entre sus manos tiene un cartel que denuncia “violencia es mentir”.

-“La elección de venir acá es personal: no me siento identificada con el gobierno como trabajadora ni como estudiante universitaria. Hace 5 años que estoy acá. Vivo en un departamento con cuatro compañeros porque es la manera que encontramos para poder estudiar. La universidad pública y gratuita que tiene tanta fama no es tan cierta, porque necesitas recursos que no todos tenemos. Yo gracias a Dios conseguí trabajo pero no puedo cursar en el año todas las materias que debería porque no me da el tiempo para trabajar y estudiar. Llevo 5 años estudiando y estoy en segundo. Ahora recortaron un 30% en las becas para los alquileres y creo que están haciendo recortes en educación, seguridad y eso es lo que estamos sufriendo. No veo que corten dietas ni de diputados, ni de senadores, ni de presidente, ni de nadie. Por eso estoy acá”.

Héctor, un señor con canas y de unos 50 años, se encontraba en la esquina de 12 y 51, observando, alejado y aplaudiendo. Sin que se lo haya preguntado me asegura no haberse movilizado por el llamado de nadie, sino que se describe como un autoconvocado por sus propias convicciones. 
-“Para mí lo más importante es el tema de la seguridad. Vengo a reclamar para que el estado tenga una política propia en cuanto al tema de inseguridad. A mí me gustaría que esto se siga llamando la republica Argentina y no pasemos a ser la colonia bolivariana. Dicen que nosotros vivimos en democracia ¿vos crees que es así?”.

      Levanté la mirada. Desde la Torre Uno (12 e/50 y 51) colgaba un cartel que ocupa seis pisos y dice “Paritarias, blanqueo ya, no al ajuste”. Seguí abriendo camino sumergiéndome de nuevo en el centro de la plaza y encontré a María. Una señora jubilada del instituto de previsión social que tenía entre sus manos un cartel con una foto de la Fragata Libertad por la cual protestaba por considerar una vergüenza el hecho de que no vuelva a nuestro país.

-“Yo soy de otra época, donde teníamos educación, donde no había tanta libertad en la educación como ahora (los chicos hoy hacen lo que quieren), hoy no hay respeto y creo que mandan mas los alumnos que los profesores. Yo creo que esta gente no tiene idea de gobernar. Yo no vine por política, vine por la inflación, porque tengo que hacer cambios en mi casa y pagar los servicios mientras ellos viven en Puerto Madero. Ayer se cortó el agua y yo no estoy para andar levantando baldes a mi edad y es porque este (Bruera) se manda los edificios. Yo quiero orden y progreso, como alguna vez lo tuve”.

   Dentro de la manifestación una joven de 21 años pasa fotografiando los carteles CON consignas  junto a sus creadores. Se trata de Antonela, una estudiante de Derecho de la UNLP  oriunda de Berisso. 

-“Me movilicé hasta acá porque no estoy de acuerdo con muchas de las actitudes del gobierno y principalmente de la presidente, con declaraciones que son muy desagradables sobre la docencia, el dólar y la libertad de expresión porque si bien dicen que hay yo no veo que sea así. Uno puede manifestarse pero si se sienta a dialogar con una persona kirchnerista enseguida te tratan de gorila. Si estas en contra del gobierno no quiere decir que seas un fascista, directamente no pienso igual que ellos. Pienso que la presidente está haciendo una división muy importante entre los ciudadanos argentinos y a partir de sus mentiras está generando aún más violencia”.  

     Eran las 21:25 y mientras recorría el lugar bajo la noche ya instalada, una señora pasó al lado mío golpeando una olla y diciendo “vuelta a la plaza”. Cuando levanté la mirada, una ola de gente se direccionaba a realizar el recorrido propuesto en sentido antihorario. Me decidí a seguir a la marea.

Dentro de la correntada se encontraban Sandra y Gonzalo, madre e hijo. Son de Gonnet y ella decía que estaba por faltar a la marcha por haber estado a la tarde casi descompuesta del calor. Llegaron 20:50. Cuando prendió la tele y vió la movilización y la gente se decidió por venir. 

-“Las mentiras y la corrupción que hay en el gobierno, no se puede creer en las instituciones”.

Además aseguró que con la movilización ella espera “que cambien las cosas porque hoy con el voto no los podés cambiar. Porque el voto está comprado con los planes y ya el sufragio no sirve para decir que no. Por lo menos vamos a decir que no con la presencia, pero creo que esto no va a cambiar nunca”.

Mis ganas de seguir con la corriente se fugaron y me separé del ritual. Sobre la calle 12, entre el Municipio y el mástil de la plaza, se encontraba un grupo de estudiantes de profesorado de historia y un amigo de uno de ellos. Se trata de un trabajador de unos 40 años. Este último fue quien se decidió a primero del grupo a hablar.

-“Te matás laburando y el gobierno te saca con el impuesto a las ganancias aquello por lo que te rompiste laburando. Muchos nos tildan de gorilas pero yo no voy a andar pagando por estos negros de mierda que tienen los planes. Yo laburo dieciséis horas diarias, esa es mi postura. Igualdad sería brindarles un trabajo, una cobertura social y salud, no darle planes sociales. Un país todos juntos, porque blancos y negros y que no haya grises. Que haya grises porque acá uno opina A y el otro opina Z, basta. Yo quiero que haya laburo para todos y no pagarle a la gente para que no haga nada, o que vaya a las marchas. Yo tengo seis pibes ¿por qué me tienen que descontar a mí para pagarles a otros si yo me lo gano? Esa es mi bronca.

     Uno de los estudiantes de historia se acerca y me dice: “Que se corte la corrupción, pero no solo de este gobierno, sino de todos los políticos y partidos, de los kirchneristas, los peronistas, los radicales, etc. Si tienen que cobrar diez lucas listo, que no se llenen los bolsillos con más, que no agarren otra plata que no les corresponda”.

     Son las 22:15 la ceremonia comienza a desarmarse. Sin embargo, desde un grupo electrógeno unos concurrentes comienzan a darle aire a un inflable que formaba una cara que no se podía distinguir bien. Instantes más tarde lo rompieron y la gente se agrupó. Una chica fue empujada y se generó una confusión que derivó en frases como “esto es lo que ellos quieren. No hay que darles el gusto, no armemos quilombo”. 

El autor de la obra es Alejandro Mañane de 52 años y actual residente de La Plata. Es un escultor que recorre el país mostrando lo que hace y que dice haber trabajado para el gobierno kirchnerista y ahora estar en contra. 

-“Yo hago esculturas inflables e intervenciones urbanas, siempre a favor de la paz. Este inflable que rompieron es un simbolismo de un candidato político inexistente que pregona todo lo que está mal, porque nadie pone la cara, y acá hay uno que lo hace. Pero hay gente que tiene ganas de romper porque está furiosa, tiene bronca adentro y no razona. Lo confundieron con no sé quién y lo destrozaron”.

La movilización se fue desarmando y a las 23hs la gente ya se había ido. Después de aquella protesta, de aquel ritual con gritos, cacerolas, petardos y puteadas,  de aquella vuelta en sentido contrario a las agujas del reloj que nace de un disgusto y genera el deseo de odio, al igual que en la leyenda urbana. Después de todo aquello, sólo quedaban en la plaza algunos murmullos que la marea no se llevó.

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