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domingo, 11 de noviembre de 2012

El "8N" en el resto del mundo



La protesta en contra del gobierno se globalizó a través de Internet. Los residentes argentinos que viven en el exterior también se sumaron en el reclamo a la distancia. El auge de las redes sociales jugó un papel clave en la difusión y convocatoria de la segunda movilización del año en contra de la presidencia.  

Por Ezequiel Bayardo
Alumno del Taller de PDI

El jueves 8 de noviembre miles de argentinos colmaron los principales centros urbanos del país exigiendo un cambio. Inflación, inseguridad, corrupción y la falta de libertad son las bases de los reclamos de esta gente que no encuentra representación política, que parece no aguantar más.  

La protesta tiene un antecedente: el 13 de septiembre de este año hubo un cacerolazo en Plaza de Mayo al que asistieron aproximadamente 50 mil personas. Aquella vez, la consigna que alentaba a los ciudadanos a manifestarse alcanzó algunos puntos del país y cruzó las costas del Atlántico para llegar sólo hasta Punta del Este. 

Sin embargo, esta segunda llamada cobró otra relevancia. Fomentada con antelación a través de las herramientas web, la propuesta obtuvo más adherencia (unas 250 mil personas en el Obelisco), cien puntos de toda la Argentina y adeptos marchando en las capitales de alrededor del mundo.

¿Es el pueblo el que salió a las calles?

Las redes sociales en Internet son comunidades en la web donde sus usuarios interactúan con personas de todo el mundo, con quienes encuentran gustos o intereses en común, incluso ideologías políticas. Funcionan como una plataforma de comunicaciones. Facebook, creada en 2004, tiene actualmente alrededor de 900 millones de usuarios registrados en todo el planeta y la cuenta Twitter, publicada en 2006, es una de las aplicaciones de SMS para enviar mensajes a grupos y supera los 500 millones de consumidores diarios.

Ambos casos ponen en manifiesto el avance que representan las redes sociales como medios de comunicación y ayudan a entender cómo, esta movilización de protesta en contra del gobierno, logró tener repercusiones en varios puntos del planeta.

Los organizadores del 8N difundieron por Internet un listado con más de 50 ciudades de todo mundo donde se iba a replicar la protesta. Los países en los que se promovía mayor participación eran los Estados Unidos, Alemania, España, Brasil y Uruguay. A su vez, otros grupos en las redes sociales y en páginas web retransmitían la marcha para encontrarse en las diversas zonas. 



La web argentinosindignados.com es una de ellas y allí se informó sobre cada punto de encuentro. Entre los lemas que repudian el mandato de Cristina Kirchner publicados en el sitio, uno puede encontrar el siguiente: “Sus aliados de otros países son lo peor que tiene la comunidad internacional”.

Los residentes argentinos ubicados en Sydney, Australia, inauguraron (por el cambio horario) la ola de protesta de la jornada. "Nos unimos a la protesta desde acá. No estamos bajo ninguna bandera política, queremos defender la libertad de expresión y la democracia", dijo Eugenia, una mujer que vive allá hace años. 

Los cánticos, los golpes a la cacerola, los silbatos, aplausos y trompetas se repitieron en cada una de las concentraciones, acorde con lo pautado por los organizadores en los anuncios web.

Las consignas que congregaron al 8N iban desde “Salvemos a Argentina”, en el caso de Holanda,   a “Basta de impunidad” en Bogotá, Colombia. Otro pedido que se difundió mucho por internet fue la búsqueda de seguridad (+ Seguridad), como sucedió en la invitación dirigida a los ciudadanos de San Fransciso, Estados Unidos. 

Si bien la finalidad era la de convocar la mayor cantidad de gente en el exterior, de las cincuenta ciudades en lista fueron sólo algunas las que alcanzaron una trascendencia numérica. Veamos cuales
En Inglaterra, la concentración de unos trescientos compatriotas fue en la embajada argentina de  Londres y, haciendo honor a la cultura musical que ha dado ese país, la interpretación del himno fue ejecutada con ritmo y armonía. "Kristina: nos tenés mucho miedo", se leía en las pancartas.

En España, una centena de argentinos aplaudieron y silbaron durante la noche madrileña mientras una niña sostenía un cartel con la leyenda “La corrupción mata en los trenes, mata en las calles”, en alusión a la tragedia de la línea Sarmiento que produjo la muerte de 51 personas en febrero de este año.

“Vinimos acá a manifestarnos pacíficamente, en libertad (cosa que acá sí se puede) y bueno, a decir basta ya a la larga lista de barbaridades y atropellos que está cometiendo este gobierno. La falta de tolerancia, la falta de respeto, la falta de libertad de expresión…en fin todo lo que el mundo a diario se queja”, declaró un ciudadano argentino que vive hace más de 7 años en Madrid.

Otro lugar de los más convocantes fue Roma, Italia. "No somos gorilas, pero estamos en contra de esta mina", coreaban algunos, mientras otros repartían folletos que decían "Basta K" a los transeúntes que pasaban con curiosidad. “Desde Roma te saluda Argentina”, gritaba un joven seguido de un “no tenemos miedo, no tenemos miedo.”

En Miami Beach decenas de argentinos con pancartas y banderas en alto también se unieron al cacerolazo mundial convocado en Argentina por medio de las redes sociales en rechazo al gobierno de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner.

Álvaro Quiroga, manifestante en la marcha declaró “En Argentina hoy un tanque de guerra o un avión no podría levantar vuelo porque Cristina ha desarmado las fuerzas armadas, totalmente. Y Chávez lo que hace es armar a Venezuela para tener contentos a los militares por miedo a que él tenga un propio golpe”.

Otra caso con participación activa se dio en Rio de Janeiro, Brasil. No sólo los argentinos se unieron en defensa de sus pedidos, sino los mismos brasileros se congregaron para protestar en conjunto. Ellos sienten orgullo de su país y de su gobierno. Yo no”, manifestó un hombre con la camiseta de la selección de futbol nacional.

El ingeniero Rubén Salomé que lleva dos años viviendo en la ciudad del Cristo Redentor, opinó que la Argentina corre el riesgo de volverse una nueva Venezuela si se reforma la Constitución. "Espero que la oposición se junte y logren unirse para frenar esos intentos"
En otro países, como Alemania, un cartel reclamaba “En qué idioma te pedimos seguridad? SICHERHEITI”, y en Santiago, capital chilena, “Basta” fue el lema emblema de protesta, con el agregado “porque de este lado de la cordillera, también nos cansamos del modelo K.”

Más allá de las protestas y disconformidades que cada individuo puede tener, la solidaridad brindaba por los compatriotas que residen y viven en el exterior ¿desde qué lugar la transmiten?
¿Qué tanto se conoce la realidad que se vive en la Argentina de hoy? ¿Realmente se sienten afectados con el modelo político o simplemente repiten un slogan opositor?

Una lectura posible de lo sucedido es reconocer que no todo está bien. Toda esta gente que salió a las calles, ya sea en Buenos Aires, Mendoza, New York o Paris, reclamaba por un cambio. Necesitan una figura política que los represente porque de lo contrario, sin alguien en el poder, sin Cristina o quine fuese, no habría Estado.

Otra lectura también posible es entender que no está claro, en algunos casos pero no en todos, qué es lo que realmente demandan. ¿Libertad de expresión?, miles de personas se manifestaron libremente en Plaza de mayo sin ningún tipo de censura ni represión policial.

¿No a la re re-elección?, Cristina ganó las últimas elecciones con el 54% de los votos y apenas está iniciando su segundo ciclo en el mandato presidencial.

El 8N no es más que una prueba de la diversidad ideológica que ha marcado la historia de la Argentina, una muestra del vacío político que no ha logrado llenar la oposición en los últimos años y un ejemplo del vigor con el que influyen actualmente las redes sociales dentro de la vida de las personas.

Tal vez, trascender fronteras como se logró en esta movilización no se hubiera podido haber hecho diez años atrás, no porque escaseara el malestar social o el riesgo económico, simplemente porque las redes sociales y la internet no eran lo que son por estos días.

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